Delta del Mekong

14.05.2013
Tras dos días en HCMC me decido a hacer una excursión al famoso delta del Mekong. Así se denomina a la región del sureste vietnamita donde el río Mekong y sus afluentes desembocan al mar, contando con aproximadamente 39000 kilómetros cuadrados de extensión.

Me enrolo en un tour que nos llevará en autobús a la zona de Can Tho, donde me imagino que nos pararán para intentar vendernos algo, así como recorrer en barco parte de los canales que inundan la zona.

Tras un par de horas en autobús, llegamos a la primera parada. Metiéndonos por unos caminos entre el bosque aparecemos en un restaurante en el que nos agasajan con frutas del lugar, así como una actuación de música tradicional vietnamita.

A pesar de no entender nada, tengo que decir que la señorita no canta nada mal.

Lo peor de la excursión es que casi todos son asiáticos, los cuales no hablan prácticamente nada de inglés y es un poco complicado socializar con ellos, aunque por suerte he encontrado una pareja británica que no me da de lado.

Y tras la actuación musical y el tentempié nos dirigimos a uno de los canales, recorriéndolo en una especie de góndola vietnamita característica del lugar.

El paseíto en barco es muy agradable, a pesar de los casi 40 grados que hace. Menos mal que nos han prestado uno de esos sombreros cónicos tan típicos de Vietnam, que si no a más de uno se le derriten las ideas.

Increíble la vegetación que crece a ambos lados del río.

Y así surcando uno de los afluentes del Mekong llegamos a la siguiente parada, una fábrica de caramelos de coco. Curioso ver cómo hacen los caramelos, aunque lógicamente todo especialmente preparado para los turistas.

Y por supuesto, con show de serpientes incluido. ¿Te suena, Requena?

Tras el show nos dirigimos de nuevo en barco a recorrer parte del Mekong en sí, de camino al restaurante donde tenemos la comida preparada. De camino podemos ver los curiosos barcos de pescadores de la zona. Todos tienen unos ojos pintados en la proa, y cuyo origen algunos parecen atribuirlo a antiguas leyendas de Lac Long Quân, el padre de los vietnamitas, para asustar a las criaturas acuáticas, o por otro lado que fuera una costumbre tomada de los navegantes árabes.


Tras la comida, seguimos de vuelta surcando el río y observando la vida que florece a ambos lados. El Mekong es la zona más productiva del país en términos de agricultura y acuicultura.

Al fondo se ve el puente My Thuan, construido con la ayuda del gobierno australiano, siendo el mayor proyecto australiano fuera del país.

Y eso es lo que ha dado de sí la excursión al Mekong. Es hora de volver a HCMC para tener otra de esas experiencias religiosas que tanto nos gustan: autobús litera en Vietnam.
Pero eso, queridos, en el próximo post.