viernes, 12 de abril de 2013

Melbourne, primer contacto

11-12.04.2013
Tras salir de China, llego a Melbourne vía Kuala Lumpur. En el aeropuerto de Tullamarine me recogen David y Leo, con su imponente Mercedes, para de ahí dirigirnos a la St. Kilda Rd. Lo que allí me espera, además del cariño de las caras conocidas, es una cena totalmente española, con su correspondiente tortilla de patatas y sus croquetas. Leonor, te has ganado el cielo Smile
CBD y parlamento de Victoria
Para mi primer día en Melbourne, Leo me prepara una visita por el centro de la ciudad. Hacia allí nos dirigimos con nuestras bicicletas, ya que Melbourne es una ciudad totalmente preparada para moverse con la bici. Fácil, sencillo y para toda la familia, además de limpio y económico.
El centro de Melbourne, o CBD, no es muy grande. Enfilamos St. Kilda Rd. hasta Federation Square, plaza en la que se encuentra una de las principales estaciones de tren de la ciudad, así como el centro australiano de imagen en movimiento. Ahí se cruzan las calles Flinders y Swanston, dos de las arterias principales de la ciudad.
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Siguiendo con la visita cultural, entramos en la biblioteca de la ciudad. Un edificio curioso por fuera, pero muy aparente por dentro. Me llama la atención que la gran mayoría de gente estudia con sus ordenadores portátiles o sus tabletas. Sí que han cambiado las bibliotecas desde mis años mozos, donde la gente se movía entre montañas de papeles y subrayadores…
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Una vez fuera, nos dirigimos al parlamento de Victoria, donde nos apuntamos a un tour guiado. Coincidimos con un guía muy simpático y atento, que nos deleita con una visita muy interesante y agradable por las dos cámaras del parlamento –el cual está regido por una organización “westminsteriana”- y la biblioteca.
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La hora de comer llega rápido, y ya me voy dando cuenta que los precios han cambiado. Lógicamente y como era de esperar, Melbourne es una ciudad más cara que lo que me he encontrando hasta ahora a lo largo de mi viaje. También es una ciudad muy cara en comparación con los estándares europeos. Supongo que será lo que tiene el famoso “welfare” australiano.
A la hora de encontrar un sitio BBB –es decir, bueno, bonito y barato- tendremos que buscar entre la amplia oferta de restaurantes asiáticos que ofrece la ciudad. Se dice que Melbourne es una ciudad conocida por su abundante oferta gastronómica. Eso sí, para el que se lo pueda permitir. Nosotros, de momento, a comer “noodles”.
La tarde se acerca y nos vamos hacia la calle Hosier Lane. Dentro de la limpieza y el orden australiano, destaca la explosión de color que desprende con sus grafitis.
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A continuación, paseamos por el río observando el perfil de los rascacielos de la ciudad (por no utilizar la palabra “skyline”) antes de que anochezca, que en este país resulta que no es excesivamente tarde.
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Tomamos el tranvía gratuito que recorre el centro de la ciudad en dirección a los “docklands”, una zona de muelles que parece no estar muy animada hoy jueves por la noche. Aun así, momento para tirar unas fotillos nocturnas, a las que me aficioné a sacar en Singapur, dando por finiquitado este primer día en las antípodas.
Melbourne
Brighton
De viernes estamos, y con la bicicleta nos vamos.
Aprovechando el día tan espectacular que hace nos dirigimos con la bici a Brighton, una localidad en la costa. El camino en bici cargando las pilas con el sol tras el frío chino me deja entrever parte del espíritu australiano y su pasión por el deporte. Gente de todas las edades disfrutando del deporte en cualquiera de sus variantes. Desde el jogging hasta la bicicleta o el patinaje.
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Siguiendo la costa llegamos a Brighton, playa famosa por sus cobertizos multicolor.
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Dichos cobertizos son utilizados a modo de pequeño almacen de trastos de playa, aunque algunos parecen acondicionados como pequeños refugios de la vida cotidiana a la orilla del mar. Según parece, sólo pueden ser adquiridos por los habitantes del pueblo, y su precio no debe ser barato.DSC_0036
Albert Park
De Brighton volvemos con la bicicleta hasta Albert Park, uno de los pulmones de Melbourne. DSC_0078Además del verde y lo anteriormente mencionado de la pasión de los australianos por el deporte, Albert Park es famoso por albergar en sus entrañas al circuito de Fórmula 1 donde se celebra el gran premio de Australia.
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Tras el tour ciclista, vuelta a casa y cena vegetariana –que no por ello menos buena- y descanso celestial para preparar la escapada del fin de semana.
Llega la Great Ocean Road.

1 comentario:

  1. Las fotos preciosas y la información muy interesante. ¡Qué sigas disfrutando de tu viaje!

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