sábado, 11 de mayo de 2013

Sydney, entre óperas y gente guapa

08-11.05.2013
Después de visitar lo más profundo de Australia me dirijo a una de las ciudades más famosas del país, Sydney.
Nada más llegar al aeropuerto, trenecito al centro de la ciudad y oiga, en 15 minutos en el hostel. Así de verdad que da gusto. Aunque todo tiene un precio. En este caso, 15 dolarcitos de nada.
Sobre Sydney qué os puedo contar que no sepáis. Es una urbe de 4,6 millones de habitantes en su área metropolitana, capital del estado de NSW, esto es, New South Wales, sita en la costa este del país. Para todo lo demás, siempre os queda vuestra amiga la Wikipedia, ya lo sabéis Winking smile.
Primer paseo
Tras instalarme en el hostel, que aunque caro (como todo en Australia) está bastante bien, me dirijo a dar mi primer paseo por la ciudad aprovechando que cae el sol. Sydney es una ciudad grande, cosmopolita, con vida, pero sin quizá un centro ciudad concreto. Es una sensación extraña, porque se aleja quizá de las ciudades a como las concebimos en España, pero por otro lado demuestra tener bastante vida por todas sus calles. Yo enfilo la Elizabeth Street, que es donde está mi hostel hasta llegar a los muelles de Circular Quay, desde donde parten los ferries que surcan la bahía en todas direcciones.
Desde allí, vamos a practicar un poco de fotografía nocturna. A ver qué tal se puede capturar la luz del puente de la bahía, un arco enorme de acero que une el centro financiero de la ciudad con la orilla norte, llevando tanto tráfico de vehículos, trenes, bicicletas y peatones.
Sydney 1
Y tras intentar capturarlo con la cámara posada en algún pivote cerca de la Opera House, me vuelvo al hostel a dormir, que tras el viaje ando un poquito cansado.
Sydney CBD
Con energías renovadas me dispongo a recorrer el distrito financiero de Sydney. Caminando por la Elizabeth Str. llego a Hyde Park.Sydney 2
Detrás del mismo, encontramos la catedral de St. Mary.
Sydney 3
Y haciendo camino al andar, entre gente que hace deporte o simplemente lee, llego hasta la famosa de bahía de Sydney, desde la que se puede disfrutar de una vista impresionante del “skyline” de esta moderna ciudad.
Sydney 6
Sinceramente no me importaría estar en ese barquito que se ve en la foto… Lamentablemente, me toca quedarme en el otro lado.
Bordeando un poco más la bahía, llegaremos a uno de los sitios más característicos de Sydney, probablemente el sitio más característico de la ciudad, la famosa “Opera House”. ¿Qué se puede decir ante semejante preciosidad?
Sydney 7
No quiero aburriros con las miles de fotos que he sacado del artilugio este porque entonces borraríais este blog de vuestros “Favoritos”, si es que alguna vez lo añadisteis, pero es algo espectacular contemplar la ópera con un día tan espectacular como hace.
Acercándome a la misma, en la zona de Circular Quay, donde os contaba que salen los ferries, descubro un megacrucero que está justo estos días atracado en Sydney. Además, esta lleno de reporteros porque parece que una pareja ha saltado, o se ha precipitado de uno de los camarotes. Tengo que investigar los detalles, pero vamos, tronados en todo el mundo hay.
Sydney 5
Sydney 10Y bien, una vez recorrida la parte más interesante del centro financiero de la “city”, me apetece dar una vuelta en barquito, que el tiempo no puede ser mejor. Para ser otoño-invierno, tenemos casi 20 graditos y un solete muy agradable.
Próximo destino, una de las playas más famosas de la zona, Manly Beach.
La verdad que el barquito, a pesar de los 14 AUD que cuesta –por si no os acordabais, estamos en Australia y todo es ultra caro-, el trayecto es super agradable, disfrutando además de unas vistas espectaculares tanto de la ciudad en sí como de la zona de Manly.
Sydney 11
La playa de Manly se sitúa al norte de la ciudad, a 30 minutos en el barquito que antes mencionaba. La parte buena, además, es que tiene playa tanto al océano como a la bahía de Sydney, lo que la deja en una posición algo así como la de La Manga del mar Menor. Quizá con un poco más de clase, pero tampoco nos pasemos, que La Manga también tendrá su encanto, ¿no?
Recorriendo una rutita a pie por la península, encuentro alguna cosa curiosa, como la señal de la imagen. Ya sabéis que en Australia en general es peligroso conducir de noche por la cantidad de fauna que habita el país. Pero aquí en la ciudad ya sabéis, también tenéis que tener cuidado con esas ratas llamadas “bandicoots”, que os acechan en los arcenes. ¡No dejéis a vuestros niños solos!Sydney 14
Sydney 15Siguiendo por la carretera, llego por fin a la parte más costera, donde se encuentran los acantilados del parque nacional de Sydney Harbour. Muy bonita la escarpada costa, que además resalta mucho con el cielo clarísimo que disfrutamos hoy.
Y siguiendo la escarpada costa llegamos a la playa de Shelly. Días como hoy esta la cosa animada, con mucha gente haciendo uso de las barbacoas gratuitas que hay a la entrada de la playa. No me quiero ni imaginar lo que tiene que ser esto cuando llegue el verano y el buen tiempo de verdad. Esto tiene que ponerse de bote en bote.
La gente además aprovecha para hacer todo tipo de deportes acuáticos, predominando en este caso el surf y el paddle-surf, una variante que consiste en ir de pie sobre la tabla remando, como si de una góndola veneciana se tratara.
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Sydney 20Tras comer en Manly, tomo el ferry de vuelta y me dirijo de nuevo a Sydney, al barrio de The Rocks. Este barrio es uno de los más antiguos de la ciudad. Le debe su nombre a que en sus inicios, los edificios fueron construidos con rocas de arenisca. Tenía bastante mala reputación, siendo visitado por marineros y guardaesquinas, manteniendo esa imagen desde finales del siglo XVIII hasta aproximadamente 1870.
En el siglo XX se pretendía acabar con el barrio, bastante decaído, y construir toda una nueva zona residencial. Debido a distintas presiones, en lugar de demolerlo, se procedió a transformarlo en un barrio comercial y turístico, en el que de hecho han montado una enorme variedad de restaurantes para “todos” los bolsillos.
Sydney 21Aprovechando la visita, continúo hasta el puente de la bahía. A este monstruo de acero se puede subir y cruzarlo, que es lo que voy a hacer yo, pero también existe la posibilidad de escalarlo.
El problema, o más bien los problemas son que por un lado es muy caro (aunque no dudo que merezca muchísimo la pena) y por otro, lo más importante en mi caso, que hay que reservar con bastante antelación por lo visto. Así pues, conformémonos con cruzarlo.
Desde el puente se puede disfrutar de unas vistas de la ópera preciosas, apreciándose la misma en todo su esplendor.
Sydney 22
Bonita, ¿verdad?
Taller de fotografía nocturna
Y como aquí en este país ya se hace de noche a eso de las 17 y algo, me voy a bajar buscando otra perspectiva para intentar sacar alguna foto potable de la operita y el puerto de noche, o mientras se vaya metiendo el sol. El resultado a continuación…
Sydney 23
Éste es el muelle de Circular Quay, con el “skyline” de la ciudad de fondo, a la izquierda del crucero Carnival Spirit, con bandera maltesa, y a la derecha el barrio de The Rocks.
A continuación, intentaré sacar un poquito de la dichosa operita. Menos mal que he localizado un trípode natural, porque si no complicado iba a estar el negocio.
Sydney 24
Para ser un amago de fotógrafo, tengo que decir que estoy relativamente contento con el resultado. Todo será cuestión de seguir practicando, aunque a veces ya hasta me duele el dedo de tanto tirar fotitos.
Pero para terminar el día, os dejo otra más. Es otra vez el mismo muelle que anteriormente, un par de horitas más tarde, para que veáis el contraste. La verdad que más que una ciudad parece el decorado de una película. E impresiona bastante.
Sydney 25
Y con esto y un bizcocho, hasta mañana a las 8, que como estoy en modo “turista total” me acuesto pronto como las gallinas y me levanto pronto para aprovechar los días. Además, así aprovecho también el desayuno del hostel, que por 28 dólares la noche en una habitación compartida habrá que sacarle el máximo partido.
Bondi Beach, donde va la gente guapa
Arrancando los motores a las 9 de la mañana una vez desayunado, como anteriormente vaticinaba, me dispongo a pasar el día en Bondi Beach, una de las playas más conocidas de Sydney. Quizá sea la más popular del lugar, especialmente entre la comunidad surfera. Así que tocará darse un garbeo por allí a ver qué se cuece. Tren de cercanías hasta Bondi Junction y después cualquiera de los autobuses que se dirigen a Bondi Beach. En total, 9,40 AUD si os esperáis a comprar los billetes a las 9, una vez que haya pasado la hora punta.
Tras una media hora larga de trayecto aterrizo en Bondi Beach, con un sol de escándalo que invita a bajarse a la playa.
Sydney 26
La playa hace una media luna en cuesta desde la Bondi Road hasta llegar al otro extremo, en Campbell Parade. Entre medias, gente haciendo todo tipo de deportes, tanto dentro como fuera del agua.
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Sydney 28Aquí, por cierto, los que somos unos tirillas no tenemos nada que hacer. Más nos vale quedarnos en casa si lo que pretendemos es comernos un colín. Las mujeres, de cuerpos espectaculares. Los tipos, cuadrados y sin un gramo de grasa.
La próxima vez que venga a Bondi, lo haré tras pasar la operación bikini de chapa y pintura, que si no me siento mal.
Como veis en la foto, incluso hay equipamiento para poder entrenar al aire libre, a la vera de la playa. No lo tienen mal montado estos australianos, no…
Disfrutaré un ratito más de la playa, a pesar de no haber traído bañador. Se siente uno bien y feliz en Bondi. Será quizá el ambiente que desprende, que hace que uno se empape y contagie del buen rollo que se respira. Quizá debería venirme a vivir aquí. ¿Seguro que las tiendas de surf no necesitan que les instale un Siebel? ¿O quizá abrir una churrería? Ah no, ¡que ya hay!
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Y tras comer en el pradito a la orilla de la playa, encontrarme a dos chicas suecas con las que coincidí en el tour del Outback y tomarme un heladito, me dispongo a volverme a la “city”. Ha cundido el día en Bondi Beach, y me voy con la sensación de que podría haber sido un sitio para mí, en el que pasar una temporadita disfrutando de la buena vida y aprendiendo a surfear. Total, seguro que no es tan difícil. Disfrutad de algunas estampas de Bondi…
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Tras volver a la ciudad y tomarme unas birras por la zona de Kings Cross, una mezcla entre restaurantes chicks y putiferios, retorno al hostel despidiéndome de Sydney.
Con esto me despido también de Australia. Toca abandonar el país para dirigirme a un nuevo destino. Toca volver al sudeste asiático. Toca volver a otra república comunista. Ah no, perdonad, quería decir “socialista”. ¡Nos vemos en Vietnam!

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