08.03.2013
Desde Mattancherry tomo el ferry de vuelta a Ernakulam para tener otra experiencia religiosa en India: EL BUS.
Si los trenes en India son una aventura, los autobuses no lo son menos.
Mamotretos de acero con probablemente 50 ó 60 años de servicio a sus espaldas, sin cristales en las ventanas, sucios (¡qué novedad!) y con más gente que en la guerra. Pero baratos, muy baratos. Un euro y medio por casi seis horas de trayecto.
Desde Ernakulam me dirijo a Munnar, enclave también en el estado de Kerala, a casi 2000 metros de altitud.
Es un lugar famoso por sus interminables plantaciones de té que se extienden por toda la montaña cubriéndola como si de una alfombra verde, formando un paisaje impresionante.
En Munnar he tenido mala suerte con el alojamiento. Al bajarme del autobús he conocido a Mike, americano de Nueva York, y juntos hemos ido a la búsqueda de habitación. Al ser tarde, la mayoría de sitios ya estaban ocupados por lo que hemos acabado compartiendo una de las peores habitaciones que he tenido hasta ahora en India. Eso sí, nos ha costado como 4€ cada uno. En fin, a veces se gana y a veces se pierde.
A la mañana siguiente nos hemos montado en un autorickshaw que nos ha llevado durante dos horas por los alrededores de Munnar, para así poder admirar los paisajes que la rodean.
Sinceramente, mucho más que hacer en Munnar no hay, aunque hueco para alguna fotito siempre hay, ¿no creéis?
Pero el hecho de poder disfrutar de las vistas que ofrece hace que haya merecido la pena pegarse el palizón en autobús, así como el que me espera de camino a Alleppey… Juzgad vosotros mismos:
Chulo, ¿verdad?
Desde Mattancherry tomo el ferry de vuelta a Ernakulam para tener otra experiencia religiosa en India: EL BUS.
Si los trenes en India son una aventura, los autobuses no lo son menos.
Mamotretos de acero con probablemente 50 ó 60 años de servicio a sus espaldas, sin cristales en las ventanas, sucios (¡qué novedad!) y con más gente que en la guerra. Pero baratos, muy baratos. Un euro y medio por casi seis horas de trayecto.
Desde Ernakulam me dirijo a Munnar, enclave también en el estado de Kerala, a casi 2000 metros de altitud.
Es un lugar famoso por sus interminables plantaciones de té que se extienden por toda la montaña cubriéndola como si de una alfombra verde, formando un paisaje impresionante.
En Munnar he tenido mala suerte con el alojamiento. Al bajarme del autobús he conocido a Mike, americano de Nueva York, y juntos hemos ido a la búsqueda de habitación. Al ser tarde, la mayoría de sitios ya estaban ocupados por lo que hemos acabado compartiendo una de las peores habitaciones que he tenido hasta ahora en India. Eso sí, nos ha costado como 4€ cada uno. En fin, a veces se gana y a veces se pierde.
A la mañana siguiente nos hemos montado en un autorickshaw que nos ha llevado durante dos horas por los alrededores de Munnar, para así poder admirar los paisajes que la rodean.
Sinceramente, mucho más que hacer en Munnar no hay, aunque hueco para alguna fotito siempre hay, ¿no creéis?
Pero el hecho de poder disfrutar de las vistas que ofrece hace que haya merecido la pena pegarse el palizón en autobús, así como el que me espera de camino a Alleppey… Juzgad vosotros mismos:
Chulo, ¿verdad?
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