miércoles, 27 de marzo de 2013

Penang

27-28.03.2013
Desde Langkawi decido coger un ferry a Penang (concretamente a Georgetown), la perla de Oriente, para pasar allí un par de diítas y volver a reunirme con Martin y familia. Esta vez, por lo menos, sólo es un ferry y no la odisea habitual para moverse de un sitio a otro.
Penang, localizada también en la costa oeste de Malasia, comprende dos partes: la denominada Pulau Pinang, o isla de Penang, y la parte continental (Seberang Perai), representada por la ciudad de Butterworth. La visita a Butterworth podéis ahorrárosla. No hay absolutamente nada que hacer amén de hacer trasbordos de autobuses o trenes. En la isla de Penang es donde se encuentran la mayor parte de cosas interesantes que hacer en la zona, desde la ciudad de Georgetown hasta un pequeño parque nacional, pasando por la colina de Penang o el templo de Kek Lok Si.
Penang
Tras un par de horitas y media y 60 Ringit, nos sueltan en Georgetown. Primer problema, encontrar el autobús. Joder, no puede ser tan complicado, ¿no? Pues sí, menos mal que un señor conductor nos ha recogido amablemente y nos ha llevado hasta la siguiente parada donde podíamos coger el autobús que tocaba hasta Lehbu Chulia. Digo “podíamos”, en plural, porque para variar otro alemán se me ha pegado. Esta vez Conrad, o Kona, o algo similar. Anglo-alemán (para variar), profesor de inglés en Tailandia, y también más perdido que un pulpo en un garaje.
En Georgetown me alojaré en el Reggae Hostel. Lo del reggae no sé de dónde le vendrá porque lo más parecido a música reggae que ha sonado en tres noches creo que ha sido el “Waka Waka” de Shakira. El Reggae Hostel tiene un concepto interesante, que no había visto en otros hotels. Las habitaciones compartidas están divididas en pequeños compartimentos, dotando a las camas de cierta privacidad.
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Primera impresión del hostel bastante agradable. Mis compañeros de habitación son además unos tipos super majetes. Stephen y John, del Reino Unido, y Steven, alemán, por supuesto.
En Georgetown me voy a saltar un poco la zona de la playa, Batu Ferenggi, porque aunque no lo creáis, estoy un poco saturado y prefiero darme un poco más a la culturalidad, que también tocará un poquito ¿no?
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Templo de Kek Lok Si
El templo budiste más grande de Malasia se encuentra a las afueras de Georgetown. Mandado construir por un inmigrante chino en el año 1890, el templo es uno de los pilares de la comunidad malayo-china de Georgetown, la cual sustentó la construcción del mismo durante las dos décadas que duró el proceso. Este dato es además importante ya que Penang es el único estado de Malasia con mayoría de población china.
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Se puede llegar con un autobús de línea por el módico precio de 2RM (50 céntimos de Euro).
Además de por su tamaño, impresiona la forma en la que está construido sobre la colina.
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Quizá, la parte más desagradable (por lo menos para mí) es el tremendo hipermercado que hay montado alrededor, obligando a la gente que accede al templo a atravesar miles de puestecitos en los que se vende todo tipo de basura, desde souvenirs hasta ropa, pasando por bebida, comida, juguetes, imitaciones de bolsos, flores, zapatos, etc. Vamos, como si estuviéramos en el mercadillo del pueblo vaya. Y que conste que no tengo nada contra los mercadillos ni contra los vendedores. Simplemente no pega. Estropea la experiencia.
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Tras la visita al templo, me voy en autobús de vuelta al centro. Allí, subo hasta el KOMTAR, el edificio más alto de la ciudad. Las vistas, regulares, y el estado del mirador, lamentable.
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Conclusión: os podéis ahorrar los 5RM que cuesta subir e invertirlos en comer, ya que comer en Penang en una de las múltiples “Food Court” es lo que os costará. Entre uno y dos euros por plato. ¿No está mal, verdad? Además, multitud de platos para elegir y todo lo probado hasta ahora, rico rico y con fundamento.
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El centro histórico de Georgetown acapara muchos edificios coloniales, desde el ayuntamiento hasta las distintas iglesias, pasando por el Fuerte Cornwallis o la torre del reloj.
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Como en todas las ciudades malayas, los templos budistas se entremezclan con los hindúes, así como con las mezquitas, poniendo de manifiesto una vez más la multiculturalidad que reina en Malasia, dotando al país de un carácter especial.
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Paseando por Chinatown, de camino al hostel, me encuentro también a los famosos triciclos. Una versión de tres ruedas de los rickshaws indios, por supuesto menos horteras que los que campan por Melaka. Si os lo estáis preguntando, no, no me monté.
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Seguiré la visita por el puerto de Penang. El muelle más antiguo data del año 1897, y actualmente ha quedado para anunciar fiestas en un club cercano.
Lo más interesante de la zona, para mi gusto, son las casas sobre el agua. Un barrio completo construido sobre el mar, con sus casas, tiendas, templos, etc.
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Encima educados hasta con el cartero estos malayos. Si es que son buena gente hombre, ya os lo digo yo.
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Por lo demás, comida, paseítos y noches muy largas en el hostel con la buena gente que me he encontrado por allí. Ingleses, alemanes, australianos, japoneses… entre cerveza y cerveza, partidas eternas de cartas hasta las 5 de la mañana. Un 10 para Penang. Otrora la perla de Oriente y hoy en día un destino muy interesante para aquellos que visitéis Malasia.

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